Según la Guía
Completa de la Tierra Media de Robert Foster:
Celebrant:
Hermoso río que fluía desde
unas cascadas en Nanduhirion a través de Lórien y se unía al
Anduin. Sus afuentes incluian el Nimrodel y otros arroyos de montaña.
También llamado Cauce de Plata en oestron y Kibil-nâla en khuzdul.
En El Señor de los Anillos se dice:
(…) De las paredes
colgaban numerosos tapices, y entre uno y otro desfilaban figuras de antiguas
leyendas, algunas empalidecidas por los años, otras ocultas en las
sombras. Pero caía un rayo de sol sobre una de esas formas: un
hombre joven montado en un caballo blanco. Soplaba un cuerno grande,
y los cabellos rubios le flotaban al viento. El caballo tenía la
cabeza erguida, y los ollares dilatados y enrojecidos, como si
olfateara a lo lejos la batalla. Un agua espumosa, verde y blanca,
corría impetuosa alrededor de las corvas del animal.
-¡Contemplad a
Eorl el Joven! -dijo Aragorn-. Así vino del Norte a la Batalla del Campo de Celebrant.
El
Señor de los Anillos, III, 6. El rey del castillo de oro
-(...) Ocurrió
entonces que en los días de Cirion, el Duodécimo Senescal (y mi
padre es el Vigesimosexto), acudieron en nuestra ayuda y en el gran
Campo de Celebrant destruyeron al enemigo que se había apoderado de
las provincias septentrionales. Éstos son los Rohirrim, como
nosotros los llamamos, señores de caballos, y a ellos les cedimos
las tierras de Calenardhon que desde entonces llevan el nombre de
Rohan: pues ya en tiempos remotos esa provincia estaba escasamente
poblada. Y se convirtieron en nuestros aliados y siempre se han
mostrado leales, ayudándonos en momentos de necesidad, y custodiando
nuestras fronteras en el Paso de Rohan.
El
Señor de los Anillos, IV, 5. Una ventana al oeste
En
el año dos mil quinientos diez de la Tercera Edad, un nuevo peligro
amenazó a Gondor. Una gran hueste de hombres salvajes venidos del
nordeste invadió Rhovanion, y descendiendo de las Tierras Pardas,
cruzó el Anduin en balsas.
Al mismo tiempo, por azar o designio, los Orcos (que en ese tiempo,
antes de trabarse en guerra contra los Enanos, estaban en la plenitud
de sus fuerzas) descendieron de las Montañas. Los invasores
penetraron en Calenardhon, y Cirion, Senescal de Gondor, envió
mensajeros al norte en busca de ayuda; porque había una vieja
amistad entre los hombres del Valle del Anduin y el pueblo de Gondor.
Pero en el valle del Río los hombres eran ahora pocos, y estaban
esparcidos, y sólo lentamente podían prestar la ayuda que se les
pedía. Por fin le llegó a Eorl la noticia del apuro en que se
encontraba Gondor, y aunque parecía ya tarde, partió con un gran
ejército de jinetes.
Así
llegó a la batalla del Campo de Celebrant, porque ése era el nombre
de la tierra verde que se extendía entre el Cauce de Plata y el
Limclaro. Allí se encontraba en peligro el ejército septentrional
de Gondor. Derrotado en El Páramo y aislado del sur, había sido
expulsado más allá del Limclaro, y fue entonces atacado de súbito
por la hueste de Orcos que lo rechazó hacia el Anduin. Se había
perdido toda esperanza cuando, inesperadamente, los Jinetes llegaron
del Norte y atacaron al enemigo por la retaguardia. Entonces se
invirtió la fortuna de la batalla y el enemigo fue rechazado en
medio de una gran matanza hacia el Limclaro. Eorl condujo a sus
hombres tras ellos, y tan grande fue el miedo que cundió delante de
los jinetes, que los invasores de El Páramo fueron también ganados
por el pánico, y los Jinetes les dieron caza por las planicies de
Calenardhon.
El pueblo de esa región se había vuelto escaso desde la Peste, y
la mayor parte de los que quedaban habían sido muertos por los
Hombres Salvajes del Este. Cirion, por tanto, en recompensa por la
ayuda recibida, cedió Calenardhon entre el Anduin y el Isen a Eorl y
su pueblo; y ellos enviaron mensajeros al norte en busca de sus
mujeres y sus hijos y sus bienes y se instalaron en esa tierra. Le
dieron nuevo nombre: la Marca de los Jinetes, y se llamaron a sí
mismos los Eorlingas; pero en Gondor esta tierra recibió el nombre
de Rohan, y a su pueblo llamaron los Rohirrim (esto es, los Señores
de los Caballos).
El
Señor de los Anillos, Apéndice A (II. La casa de Eorl)
Así que ya lo veis: cuatro fermosos y esplendorosos ejércitos (gondorianos, salvajes, orcos y eorlingas), se encontrarán este sábado en Ciudad Universitaria. Venid preparados y respetad las normas.
Y cuando el tiempo pase,
¿quién nos traerá noticias
de grandes acontecimientos
y batallas por contar...?
Ni tú ni yo lo sabemos.
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